Recetas de Salsas

Las salsas son, sin duda, la alegría de los platos. A continuación, te propongo 2 salsas que han triunfado en mi familia, tanto entre los mayores como en mis 5 nietos. Estas salsas pueden acompañar platos de pasta integral, cereales, verduras y pescados. Así que son una opción muy versátil para alegrar todas las preparaciones macrobióticas.

Salsa de Umeboshi

Ingredientes:

  • 1 umeboshi por persona
  • 1 cucharada sopera de tahin por persona
  • 1 cucharada sopera de miso blanco por persona
  • 1 cucharada sopera de aceite de sésamo por persona
  • Agua (La cantidad de agua depende de lo espesa que se desee)

Preparación:

  1. Sacar el hueso de las umeboshi.
  2. Poner todos los ingredientes en una batidora, añadir el agua y triturar.

 

Salsa al Pesto

Ingredientes:

  • 5 cucharadas soperas de albahaca fresca
  • 1 diente de ajo previamente macerado (mínimo 2 semanas) en salsa tamari (opcional)
  • 4 cucharadas soperas de aceite de sésamo
  • 2 ciruelas umeboshi o bien 1 cucharada sopera de pasta de umeboshi
  • 1 cucharada sopera de miso blanco
  • 4 cucharadas soperas de piñones tostados

Preparación:

  1. Se trituran los ingredientes con un poco de agua hasta obtener una consistencia cremosa.

Como sugerencia, puedes preparar Espaguetis de espelta con la salsa pesto. Puedes ver la receta completa desde aquí.

Si quieres aprender más recetas de salsas, encontrarás muchas otras en el libro Recetas Macrobióticas para la Salud, que puedes descargar gratuitamente en formato digital.

Alimentos macrobióticos y trastornos de la Salud

La alimentación macrobiótica tiene alimentos específicos que nos ayudan en la superación de enfermedades. En esta lista que expongo a continuación encontrarás una síntesis de la relación entre algunos alimentos y su beneficio sobre algunas patologías.

Anemia: miso, arroz integral rojo y negro, alga dulse y semillas de sésamo en forma de gomasio.

Alzheimer: arroz inrtegral, miso, ciruela umeboshi y té Kukicha, así como semillas de girasol tostadas y saladas.

Artritis: arroz integral, ciruela umeboshi, setas Shiitake y té Kukicha.

Artrosis: arroz integral, ciruela umeboshi, té Kukicha y aceite de lino.

Cáncer: arroz integral, algas, brócoli, zanahoria, judías azukis, jengibre y las setas Shiitake, Reishi y Maitake.

Candidiasis: cúrcuma y jengibre.

Celiaquía: zanahoria cocida, crema de arroz integral y ciruela umeboshi.

Colon Irritable: arroz integral y miso.

Diabetes: calabaza, mijo, estevia.

Dolor de cabeza tipo yin: gomasio y kuzu.

Dolor de oído: kuzu y aceite de sésamo aplicado localmente.

Enfermedades Hepáticas: arroz integral, ciruela umeboshi, aceite de sésamo, aceite de lino, semillas de lino, Kuzu, Tamari y seta Shiitake.

Enfermedades Intestinales: ciruela umeboshi, trigo sarraceno, jengibre, kuzu, tamari y tempeh.

Diarreas: zanahoria cocida y crema de arroz integral.

Estreñimiento: ciruela umeboshi, garbanzos, coles de bruselas, semillas de lino y chía.

Indigestiones ocasionadas por grasas se recomienda el daikon.

Enfermedades Cardíacas: arroz integral, gomasio y miso.

Enfermedades Cardiovasculares: arroz integral, seta Shiitake, semillas de linto, té Kukicha y trigo sarraceno.

Hipercolesterolemia: semillas de sésamo en forma de gomasio.

Enfemredades Renales: arroz integral, azukis, ciruela umeboshi, jengibre y setas Shiitake.

Enfermedades Respiratorias: mijo, trigo sarraceno, quinoa, umeboshi, kuzu, jengibre y té de Lotus.

Asma: jengibre, Kuzu, té de Lotus y ciruela umeboshi.

Gripe: Kuzu, té Kukicha, crema de arroz integral.

Fatiga: arroz integral, miso, bardana, gomasio, kuzu, seta shiitake y ciruela umeboshi.

Fibromialgia: arroz integral, miso, kuzu y ciruela umeboshi.

Fiebre: crema de arroz integral, té Kukicha con jengibre.

Hipertensión: crema de arroz integral e infusión de cola de caballo y/o ortosifón.

Infecciones: crema de arroz integral y raíz de Bardana.

Insomnio: tomar una cucharada sopera de gomasio y masticarla 100 veces, y el Kuzu.

Intoxicación: algas en general y en el caso de la intoxicación por C.E.M lo ideal es el miso.

Mareo ocasionado por el movimiento: gomasio y ciruela umeboshi (también para el mareo del embarazo)

Mucosidades: Daikon y té de Loto si la mucosidad está ocasionada por patología respiratoria.

Osteoporosis: semillas de sésamo en forma de gomasio y tahín, legumbres, té de cola de caballo y/o té de ortiga.

Parásitos intestinales: semillas de calabaza.

Periodontitis y dolor de muelas: dentíe.

Pérdida de peso: tomar más alimentos que yanginicen (gomasio, tamari y umeboshi) para poder almacenar más yin (expansión). El yang sostiene al yin.

Problemas prostáticos: semillas de calabaza, plantas como el Epilobium, extracto de ciruelo africano (Pygeum africanum), la Serenoa repens y el Sabal serrulata.

Psoriasis: cúrcuma y aceite de espino amarillo.

Reúma: raíz de Bardana y seta Shiitake.

Resfriados: jengibre y té de Lotus.

Sistema Inmunitario: quinoa, amaranto, miso, tamari, setas shiitake, maitake y reishi, jengibre, cúrcuma e infusión de Llantén.

Sistema Nervioso: mijo, té kukicha y ciruela umeboshi.

Vómitos: ciruela umeboshi y té de jengibre.

 

Puedes ampliar información en los libros: Recetas Macrobióticas para la Salud y Actuar en el Cáncer desde una visión global.

 

Redes 5G y la salud

Más de 180 científicos y médicos de 36 países advierten de efectos graves en la salud con la implantación de las redes 5G.

Efectos del C.E.M (Campos Electro Magnéticos) sobre la Salud

Nuestro cuerpo es biológicamente incompatible con los campos electromagnéticos.

Nuestro Sistema Inmunológico se ve afectado. Los campos eléctricos se pueden eliminar mediante la desconexión manual o automática (bioswitch), pero los campos electromagnéticos que provienen del exterior es imposible eliminarlos, según los expertos.

Efectos de los C.E.M sobre la salud: Los primeros transtornos son dolor de cabeza, insomnio, pérdida de memoria, dificultades para concentrarse, sequedad en la piel… Si continuamos con la exposición se puede llegar a una bajada del sistema inmune y a padecer enfermedades neurovegetativas y cáncer, así como Alzheimer, infertilidad masculina,  depresión, fatiga y falta de energía, y síntomas similares a los de la gripe, Electro Hiper Sensibilidad, etc. Además, en el caso de las redes 5G, se le añade a estos efectos perjudiciales la disminución de oxigeno en la atmósfera.  Las antenas de telefonía móvil y telecomunicaciones deberían estar a más de 400 ó 500 metros del lugar donde vivimos o trabajamos para que no repercutan en nuestra salud. En el caso del 5G esto no es posible porque tiene dificultades para atravesar sólidos y requiere mayor proximidad entre ellas.

Con la implantación de las redes 5G todavía aumentará mucho más la exposición a los Campos Electro Magnéticos de RF (Radio Frecuencia) en comparación con el 2G, 3G, wifi, etc, ya que se necesitan un gran número de antenas (cada 10-12 casas en áreas urbanas), por lo que se incrementará la exposición a los C.E.M por parte de la población, con consecuencias muy perjudiciales para la salud pública.

Para más información, sigue leyendo en el libro Actuar en el Cáncer desde una visión global.

 

 

Alimentación y enfermedad: leche y lácteos

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El ser humano es el único mamífero que ingiere leche procedente de otra especie animal, ya superado el tiempo de la lactancia. La forma de obtener la leche según las leyes de la naturaleza es directamente de las mamas de la madre, ya que se trata de un alimento que se altera y contamina con gran facilidad.

La leche materna es la única válida para el ser humano. Actualmente se han estudiado sus componentes, cuya función prebiótica potencia el desarrollo de las bacterias beneficiosas. Además, también se ha comprobado en diversos estudios, que tiene sustancias altamente anticanerosas. Para poder mantenerla en condiciones adecuadas necesitamos pasteurizarla y homogeneizarla. En la homogeneización se agita la leche para igualar su grasa mezclándose con aire, y por tanto, esta grasa se oxida produciendo radicales libres, muy perjudiciales para la salud. La homogeneización puede producir problemas en las membranas celulares del tejido cardíaco. En la pasteurización a temperaturas superiores a los 100ºC se destruyen vitaminas y enzimas necesarias para su digestión. Estos dos procesos la convierten en el peor alimento porque tiene grasa oxidada y carece de enzimas. Provocan que las grasas saturadas atraviesen las paredes intestinales, aumentando los niveles de colesterol y grasas saturadas en la sangre. Los niños que toman varios vasos de leche al día tienen sus arterias en peores condiciones que los que no la toman.

Muchos estudios científicos muestran la leche y derivados como un problema para la salud.
En la actualidad la leche y sus derivados (nata, quesos, yogures, flanes, natillas, helados, batidos, salsas, chocolates, etc.) están entre los alimentos más consumidos porque nos han dicho que son nutritivos y mantienen nuestros huesos sanos debido al calcio. Pero hay cada vez más estudios que cuestionan estas afirmaciones. En EEUU, el mayor consumidor mundial de leche, es donde hay mayor porcentaje de osteoporosis. Esto sucede porque aunque sea cierto que la leche tiene mucho calcio, no se tiene en cuenta su biodisponibilidad.

En el proyecto Cornell Oxford-China de Nutrición, Salud y Medio Ambiente, que se inició en 1983 sobre 6500 habitantes de 65 provincias dispersas de la China rural, se demostró que la leche animal desmineraliza a los adultos. Se comprobó que las mujeres que no tomaban leche de vaca, no padecían osteoporosis, pero si introducían la leche, aparecía.

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Otros estudios:

-Los lácteos no son una buena fuente de calcio. Así lo confirma el Dr. William Elis, ex Presidente de la Academia Americana de Osteopatía Aplicada, después de numerosos estudios que lo avalan. El opina que los lácteos (leche animal) tienen un gran poder desmineralizante en los adultos. Las personas que ingieren tres o cuatro vasos de leche al día, presentan los niveles más bajos de calcio.

-El Dr. Campbell (médico y autor del libro “The China Study”) descubrió que la caseína que comprende el 85% de la leche de vaca, promovía el cáncer en todas las etapas de su desarrollo y que la única proteína segura es la vegetal. La BMA (Asociación Médica Británica) asegura que una dieta vegetariana reduce la tasa de cáncer en un 40%. El Dr. Campbell comprobó que los hombres con mayor ingesta de lácteos tenían el doble de riesgo de padecer cáncer de próstata y cuatro veces más probabilidades de padecer cáncer de próstata metastásico o mortal (según la medicina oficial).

Por otra parte, dicho estudio, realizado sobre 6500 personas durante 23 años, demostró que el consumo de proteína animal estaba relacionado con una tasa muy alta de cáncer. Por contra, la dieta pobre en proteína animal, apenas manifestaba esta enfermedad. Por tanto, el Dr. Campbell señaló que el cáncer es una enfermedad de ricos.

-Las universidades de Cornell, Oxford y el laboratorio de investigaciones de salud de China en su trabajo conjunto nos muestran que hay una relación entre el cáncer y la proteína animal. La proteína animal aumenta la actividad de la enzima Beta-Glucoronidasa que reactiva muchos agentes cancerígenos desactivados.

-American Journal of Clinical Nutrition: El exceso de proteínas de la leche produce osteoporosis. Se demostró que las mujeres que toman leche y son vegetarianas, tienen un 18% de pérdida de hueso, mientras que las omnívoras padecen una pérdida del 35%.

-En una ingesta de 75 gr. diarios de proteína láctea se pierde más calcio en la orina del que se absorbe a través de la dieta.

La relación calcio-fósforo de la leche de vaca no es adecuada para el ser humano, ya que la cantidad de fósforo es demasiado elevada y acidifica el organismo, lo que repercute en la salud, 3-2 en la leche de vaca; 2-1 en la leche humana. Se ha comprobado que la inmensa mayoría del calcio de la leche, una vez en el intestino humano, es precipitado en forma de fosfato de calcio y expulsado a través de las heces fecales.

El calcio asimilable para el ser humano procede de las legumbres, verduras y sobre todo de las semillas.

Proteínas: Una de las proteínas de la leche es la Caseína, que representa el 85% de la proteína que se encuentra en la leche es de difícil asimilación. En algunas personas se adhiere a los folículos del intestino impidiendo la absorción de otros nutrientes (su cualidad pegajosa hace que la caseína se use como pegamento en la industria del papel y de la madera). También puede provocar problemas inmunológicos en las personas con deficiencias de inmunoglobulinas IgA.

La caseína, proteína de la leche, es indigesta para los niños, pero más para los adultos, ya que la renina gástrica, enzima necesaria para su digestión, disminuye con la edad. La caseína es viscosa y pegajosa, y se deposita impidiendo la absorción de otros nutrientes, contribuyendo a la fatiga crónica, alteraciones intestinales, enfermedades relacionadas con la autoinmunidad (artritis reumatoide), lupus, cáncer, problemas circulatorios, alergias (cutáneas y respiratorias), inmunodepresión, diabetes juvenil, enfermedades otorrinolaringológicas, asma, sinusitis, acumulación de mucosidades (en órganos genitales femeninos y en el aparato auditivo) y nefrosis. También se puede decir, según estudios realizados, que la intolerancia a la lactosa va en aumento. La lactosa es un azúcar que alimenta el cáncer.

Los sustitutos de la leche, en cuanto a la obtención de calcio, son, sin duda, las verduras, algas y semillas, especialmente la semilla de sésamo (ajonjolí) tomada en forma de gomasio.

Por otra parte, la “leucina” es un aminoácido abundante en los productos animales, como en los productos cárnicos, y particularmente en los lácteos como la leche y el queso. Hay personas que tienen sensibilidad a la leucina, especialmente los niños, produciéndoles una importante hipoglucemia. Es una hipoglucemia tan fuerte, que incluso les puede provocar una crisis convulsiva con lesiones cerebrales. En su manifestación menos extrema puede producir dolores gastrointestinales con diarrea o estreñimiento, crisis de ansiedad y problemas respiratorios.

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-El Dr.William H.Philpott describe un caso de grave de hipoglucemia en una persona diagnosticada de psicosis maniaco-depresiva o bipolar, que dejando los productos lácteos, desaparecieron todos sus síntomas. Es importante para estos individuos leer las etiquetas, ya que para ellos la menor traza se convierte en un peligro para la salud.

La Grasa: Si comparamos la leche humana (45 gr. de lípidos por litro, de los que 55% son ácidos graso poliinsaturados y 45% saturados con un elevado contenido en ácido linoleico, antiinflamatorio) con la leche de vaca (30% grasas poliinsaturadas, 70% ácidos grasos saturados: estructura que favorece la inflamación) y teniendo en cuenta que cuando calentamos la leche de vaca entre los 40ºC y 45ºC, se desnaturalizan sus ácidos grasos poliinsaturados y se convierte en una sustancia 100% inflamatoria, obteniendo la condición previa al cáncer.
El “petit-suisse” está lleno de grasa química. Produce obesidad, y a mayor obesidad, más cáncer.

La carga hormonal: La leche contiene 59 tipos diferentes de hormonas, entre las que destaca la hormona del crecimiento, llamada somatropina, que es una hormona natural que secreta la hipófisis de las vacas después del nacimiento de un ternero.

En 1994 la FDA aprobó la hormona transgénica rB6H (Hormona Recombinante de Crecimiento Bovino), conocida con el nombre de Posilac, para aumentar la producción de leche de vaca. Son tantos los peligros potenciales de esta hormona junto a los diversos tóxicos que contiene la leche, que hoy se considera como causa de múltiples enfermedades degenerativas. La inyección de Posilac tiene múltiples efectos secundarios que afecta tanto a los animales como a los consumidores. Perturba el ciclo natural de la vaca y produce una disminución del nivel de fecundidad, llegando a veces a la esterilidad; y cuando se interrumpe, ocasiona la muerte del animal. Su uso está prohibido en Canadá y la Unión Europea, entre otros países.

También se añaden estrógenos a la leche bovina, que incrementa dicha hormona y acaba provocando la aparición de tumores.

Tóxicos en la leche: Además de hormonas y antibióticos (para reducir la mastitis, inflamación de las ubres), la leche contiene productos químicos como micotoxinas, pesticidas, fertilizantes procedentes de la comida de la vaca, metales y plásticos (de su almacenaje), detergente y desinfectantes de la limpieza de las instalaciones, y dioxinas, que se las relacionan con el cáncer de pulmón y los linfomas. Las dioxinas, derivadas del cloro, se las vincula también a la diabetes, al desarrollo del niño y problemas diversos con el sistema inmunitario. Además, la leche contiene, procedente de las mastitis de la vaca, virus, bacterias, priones…Tanto la leche como los productos lácteos contienen aditivos como vitaminas y minerales sintéticos, semillas, frutas, proteínas, ácidos grasos que pueden ser de otro animal, como los procedentes de la grasa de cerdo.

Efectos de la leche: Causa inflamación en el ambiente intestinal; aumenta la cantidad de bacterias malas; destruye el equilibrio de la flora intestinal bacteriana; produce radicales libres; ácido sulfhídrico y amoníaco, en el intestino; produce alergias; está relacionado con la diabetes infantil; produce osteoporosis.

Enfermedades relacionadas con su consumo:

-Anemia ferropénica por los pequeños sangrados gastrointestinales que provoca.
-Artritis reumatoide y osteoartritis (estudios realizados en al Universidad de Florida).
-Asma. Niños con exceso de moco y dificultades respiratorias.
-Autismo. Estudios en al Universidad de Roma demuestran que los péptidos de la leche pueden tener un efecto tóxico en el sistema inmunológico central.

Hay diversos estudios que relacionan el consumo de leche con: cataratas, colitis ulcerosas, colon irritable, diabetes, dolores abdominales, enfermedades coronarias (la leche homogeneizada, debido al contenido de Xantina Oxidasa), esclerosis múltiple, estreñimiento, fatiga crónica, fístulas y fisuras anales, incontinencia urinaria, intolerancia a la lactosa, migraña, sinusitis, otitis, amigdalitis, síndrome de mala absorción, trastornos del sueño en los niños, úlcera péptica, acidosis láctica…

También hay múltiples estudios que relacionan el cáncer con el consumo de leche y lácteos:

-Cáncer de estómago
-Cáncer de mama
-Cáncer de ovarios
-Cáncer de páncreas
-Cáncer de próstata
-Cáncer de pulmón
-Cáncer de testículos
-Linfomas
-Cáncer de riñones

Cuando a los productos lácteos se les suma el consumo de carne, la cifra de cánceres aumenta 10 veces, especialmente el de pulmón y el de colon.

Actualmente muchos estudios científicos muestran la leche y derivados como un problema de salud.

Para saber más, puedes descargar gratuitamente todos mis libros.