Siendo la fibromialgia una enfermedad de carácter fuertemente emocional, las flores de Bach son muy beneficiosas para toda su sintomatología. Recomiendo a los terapeutas que preparan estas gotas que lo hagan con glicerina para evitar cualquier reacción en la persona que padece fibromialgia, ya que el alcohol no se tolera bien.

Las flores de Bach, como elementos de una verdadera medicina holística, vibran en una  frecuencia genérica determinada que posibilita unas propiedades terapéuticas, que van desde la parte física hasta la mental, emocional y espiritual.

Las flores de Bach sustituyeron el ansiolítico que tomaba y me sanaron de un malestar muy intenso, diario y casi constante. Estas gotas milagrosas me liberaron de una serie de opresiones en el tercer chakra (estómago), cuarto chakra (plexo solar) y quinto chakra (laringe) y me bajaron el nivel de ansiedad; volví a dormir como hacía años que no lo hacía. Poco a poco fui dejando el somnífero que tomaba, hasta no tener que necesitarlo.

El médico galés Edward Bach (1886-1936) estudió las propiedades de determinadas flores,  observando su capacidad de influir en el estado emocional de cada persona. Los conflictos internos pueden convertirse en enfermedades; por tanto, estos remedios no actúan sólo en el ámbito físico, sino también en el emocional.

Bach seleccionó 38 flores con propiedades terapéuticas diversas. De estas, 34 son esencias de flores silvestres, tres son cultivadas y una es la combinación de cinco de estas esencias.

Bach estableció siete grupos de problemas emocionales:

1. Miedo

2. Falta de interés por las circunstancias actuales.

3. Incertidumbre.

4. Soledad.

5. Hipersensibilidad.

6. Abatimiento y desesperación.

7. Preocupación excesiva por el bienestar de los demás.

 

Encontrarás más información sobre la terapia floral y otras terapias en el libro Hablemos de Fibromialgia.

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