En otoño…¡paella!

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Con el descenso de las temperaturas y la llegada del otoño apetece que los platos comiencen a ser más elaborados.

La paella es un plato que puede adaptarse muy bien a la macrobiótica y, en función de los ingredientes que empleemos, puede convertirse en una comida muy completa y saludable.

Así que hoy os invito a preparar: Paella de marisco con algas.

Ingredientes para 3 personas:

  • 300 gr de arroz integral
  • 2 medidas de agua por cada medida de arroz
  • 1 cebolla roja picada fina
  • 1 puerro a rodajas finas
  • 1/2 calabacín
  • Perejil
  • Unas hebras de azafrán
  • 1/2 hoja de alga kombu
  • 1/2 hoja de alga wakame previamente remojada 2 minutos y cortada a trocitos
  • Un puñado de alga arame (previamente remojada 5 minutos)
    No aprovecharemos el agua de remojo de las algas.
  • 3 cucharadas soperas de aceite de sésamo
  • Un puñado de pescado de roca para hacer el “fumet”
  • 1 sepia de 150 gr sin tinta ni salsa, y cortada a trocitos
  • 3 gambas
  • 3 cigalas
  • 300 gr de mejillones
  • 200 gr de almejas
  • 2 cucharadas soperas de salsa tamari

Preparación:

  • Ponemos el agua a hervir en una cazuela
  • Lavamos el arroz y lo introducimos en el agua junto al alga kombu. Cuando vuelva a hervir, bajamos el fuego al
    mínimo, ponemos el difusor, lo tapamos y lo dejamos 40 minutos (5 minutos menos de su tiempo habitual).
  • Limpiamos el pescado y el marisco.
  • En la paella ponemos las 3 cucharadas soperas de aceite, esperamos a que se caliente y echamos la sepia. Cuando esté bastante blanda (clavamos un tenedor para comprobarlo) añadimos primero la cebolla 10  minutos y después el puerro, y los salteamos 10 minutos más.
  • Añadimos a la paella el calabacín cortado a cubitos pequeños y el alga arame, y los dejamos cocer 5 minutos
    más. Después añadimos el alga wakame y lo dejamos todo 2 minutos más.
  • En otra cazuela a parte, a fuego medio y con un poco de aceite, ponemos los mejillones y tapampos hasta que se abran, y añadimos las almejas y volvemos a tapar hasta que también se abran. Apagamos el fuego.  Dejamos los mejillones y las almejas con una sola concha y reservamos el jugo de su cocción.
  • Añadimos a la paella el arroz cocido y removemos a fuego medio. A continuación colocaremos las gambas y los escamarlanes, vertemos en la paella 250 c.c (1 vaso) de “fumet” hirviendo, el jugo de la cocción de las almejas y mejillones y ponemos las hebras de azafrán.
  • Transcurridos 5 minutos apagamos el fuego, rociamos la paella con tamari (2 cucharadas soperas aproximadamente. Teniendo en cuenta la sal de las algas y la del marisco podremos más o menos salsa tamari). Adornamos la paella con los mejillones, las almejas y el perejil cortado fino. Las almejas favorecen la función del hígado.
  • ¡Ya podemos servir!

¡A disfrutar!

Crema de calabaza

En otoño e invierno nuestro cuerpo agradece purés y cremas que sean reconfortantes y que nos aporten calor. La crema de calabaza es una receta ideal para este tiempo.

Ingredientes para 4 personas:

  • 1/2 calabaza mediana
  • 3 cebollas medianas rojas
  • 1 hoja de laurel
  • 2 cucharadas de aceite de sésamo
  • 3 vasos de agua
  • 1 tetra brik pequeño de crema de arroz
  • 2 cucharadas soperas de Shiro Miso (miso de arroz)
  • Perejil para el emplatado (opcional)
  • Semillas: 4 cucharadas soperas de semillas de calabaza previamente tostadas y saladas.
  • Especias:
      • Una pizca de comino en polvo
      • Un trocito de raíz de jengibre fresco
      • Raíz de cúrcuma en polvo (media cucharada de postre)
      • Una pizca de canela
      • Una pizca de pimienta negra

 

Preparación:

  1. Cortar las cebollas finas a medias lunas y la calabaza con un corte horizontal. Ponemos la media calabaza, sin quitar las pepitas con una pizca de aceite y de sal, en el horno a una temperatura de 100ºC.
  2. Salteamos las cebollas con el aceite de sésamo durante 10 minutos y después añadimos 3 vasos de agua y la hoja de laurel. Tapamos y cocemos a fuego lento durante 20 minutos.
  3. Una vez cocida la calabaza (tenemos que poder clavar un tenedor en su pulpa), la pelaremos, retiraremos las semillas y la cortaremos en trocitos pequeños para añadirla a la cazuela con las cebollas.
  4. Esperamos a que empiece a hervir y apagamos el fuego.
  5. Añadimos las especias y removemos. También agregamos la crema de arroz y el miso. Retiramos el laurel y trituramos hasta que quede una textura cremosa y espesa.
  6. Serviremos la crema con un poquito de perejil y las semillas de calabaza tostadas.

¡A disfrutar de esta digestiva y deliciosa receta!

Falafels de sésamo

Antes de marchar de vacaciones, me gustaría compartir una receta que gusta mucho a los niños y la pueden tomar también las personas con celiaquía. Además, su preparación es muy sencilla y rápida: Falafels de sésamo.

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Ingredientes:

1 taza de garbanzos previamente cocidos junto con 1 cebolla cortada a medias lunas gruesas.

1 taza de gomasio en la proporción: 1 medida de sal por 18 medidas de sésamo.

2 ajos macerados con tamari (opcional).

Preparación:

∙ Triturar los garbanzos y las cebollas para formar un puré. Añadir el gomasio y los ajos picados.

∙ Hacer unas bolas, que podemos aplastar y dar forma con las manos.

∙ Rebozar cada falafel con sésamo antes de introducirlos en el horno.

∙ Se pueden hornear 15 minutos o bien en la sartén con un poco de aceite de sésamo.

Estos falafels son más gustosos  a los que habitualmente se preparan solo con garbanzos y esto se debe al sabor de las semillas de sésamo.

 

Espaguetis al pesto (receta macrobiótica)

 

Ahora que muchos niños y jóvenes están de vacaciones de Semana Santa, seguro que esta receta macrobiótica les va a encantar. ¿Quién dijo que la alimentación saludable está reñida con un sabor apetitoso? Mis nietos me piden esta receta una y otra vez. ¡Por algo será!

 

 

Ingredientes para 3-4 personas:

300 gr de espaguetis de espelta integral
Una pizca de sal marina

Ingredientes para la salsa pesto:

Albahaca fresca
Un poco de perejil
4 cucharadas soperas de aceite de sésamo
1/2 cucharada sopera de pasta de umeboshi
1 cucharada sopera de miso blanco
4 cucharadas soperas de polvo de almendras o de piñones tostados y triturados.
Un poco de agua según la consistencia deseada.
Guarnición: 2 cucharadas soperas de hojas de albahaca.

Preparación:
∙ Cocer los espaguetis unos 7 minutos con abundante agua hirviendo y una pizca de sal marina. Lavar con agua fría y escurrir.
∙ Lavar el perejil y la albahaca, eliminando los tronquitos.
∙ Mezclar y triturar todos los ingredientes de la salsa hasta conseguir una crema añadiendo un poquito de agua.
∙ Calentar los espaguetis con un poco de agua de cocción. Mezclarlos con la salsa pesto y servirlos esparciendo las hojas de albahaca.

¡Buen provecho!

 

Alimentación y enfermedad: grasas trans e hidratos de carbono refinados

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En las últimas entradas hemos hecho un recorrido por aquellos alimentos que conviene que evitemos si deseamos mejorar nuestra salud. Además del azúcar, lácteos y carne, en las siguientes líneas veremos qué son los aceites hidrogenados, por qué son tan nocivos y en qué alimentos los encontramos. Asímismo, descubriremos por qué debemos evitar el consumo de hidratos de carbono refinados.

Aceites Hidrogenados: Grasas Trans

Evitaremos las grasas saturadas de origen animal que se encuentran en los lácteos y carne, y también las grasas trans que se hallan en las margarinas y los aceites hidrogenados.

En relación a la margarina, el organismo tarda 5 años en eliminarla. Se adhiere a los vasos sanguíneos, pudiendo aumentar hasta un 53% el riesgo de enfermedades coronarias en mujeres, según un estudio médico reciente de la Universidad de Harvard.

En su origen era blanca, pero le añadieron un colorante amarillo para que se pareciera a la mantequilla. Es muy elevada en ácidos grasos transgénicos. Aumenta el colesterol. Disminuye el Sistema Inmunitario. Aumenta el riesgo de cáncer.

La margarina, está tan lejos de ser un producto natural que sólo cambiándole una molécula se convierte en un plástico. Es una grasa hidrogenada y por tanto “trans”, nuestro organismo no la reconoce.

En cuanto a los aceites hidrogenados, hemos de saber que se fabrican para prolongar la vida del aceite, la industria alimentaria los convierte en hidrogenados o parcialmente hidrogenados y con ello ya tenemos otro factor causante de cáncer.

Los aceites hidrogenados que usan los restaurantes y la mayoría de hogares, son muy inflamatorios y tóxicos.

El proceso de hidrogenación consiste en calentar el aceite en presencia de hidrógeno y de catalizadores metálicos. Con ello se consigue conservar el aceite más tiempo, pero a la vez se crean las grasas trans, que sólo salen en las etiquetas cuando se excede de 0,5 gr. por ración. Los fabricantes, para evitar que en sus alimentos salgan “grasas trans”, ajustan las raciones hasta los 0,5 gr. y así pueden anunciar: alimento libre de grasas trans. Estas porciones individuales equivalen a unos pocos bocados, pero pocos se conforman con tan poca cantidad, y consumen más raciones y por tanto, más grasa trans.

Con la hidrogenación del aceite, también se consigue la nada saludable grasa vegetal llamada margarina y otros compuestos.

Las grasas trans también son causa de enfermedades de corazón, de interrumpir los procesos metabólicos, de producir el típico “flotador” que presiona a los órganos y al corazón.

Las grasas trans afectan negativamente las funciones cerebrales, funciones glandulares (hormonas), el transporte de oxígeno, las funciones de la pared celular, y la operación del tracto digestivo. Además, están relacionadas directamente con el cáncer.

Nuestro organismo no reconoce las grasas trans, sólo reconoce el ácido graso y lo pone a trabajar.
Las Grasas Saturadas: suelen ser sólidas y de origen animal (mantecas), mientras que las insaturadas son generalmente líquidas y de origen vegetal (aceites). Cuidado con consumir productos que en los ingredientes ponga “aceite vegetal” porque no son aceites saludables como el de oliva o el de sésamo, sino que se trata de aceites no adecuados para la salud.

La grasa en exceso es una de las causas de enfermedades degenerativas, como las cardiopatías y el cáncer.

Las grasas más saludables son las que provienen de las semillas. Es aconsejable consumir mucho omega-3 (semillas de lino, de chía,…) y la mitad de omega-6 vegetal (semillas de sésamo). Y eliminar totalmente las grasas trans industriales.

Acrilamida

Cuando los alimentos que contienen almidón (patatas, harina de cereales, snacks salados…) son sometidos al proceso de freírlas a altas temperaturas, se forman las acrilamidas, que es otro cancerígeno.

Algunas patatas fritas industriales, para ser más apetitosas, les añaden azúcar, de esta manera se suman varios elementos cancerígenos: grasas trans, acrilamidas y azúcar. Deberían llamarse patatas cancerígenas.

 

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También suponen un problema los HIDRATOS DE CARBONO REFINADOS como la pasta, el pan blanco, la bollería y los pasteles, ya que se convierten rápidamente en glucosa y producen casi el mismo efecto que el azúcar.

Eliminación de la fibra

Si eliminamos la fibra de nuestros alimentos, perdemos el estímulo para la actividad muscular de la pared intestinal, disminuyendo de esta forma el flujo intestinal, con la consecuencia de la putrefacción de las proteínas y la fermentación de los hidratos de carbono. Al eliminar la fibra, eliminamos los prebióticos, y como consecuencia de ello, aumentamos las bacterias intestinales no saludables.

Existen más de 300 clases y un total de mil trillones de bacterias intestinales saludables viviendo en nuestro intestino. La función más importante de estas bacterias es crear enzimas madre, que se convierten en la fuente de nuestra energía vital.

Los prebióticos se encuentran en los alimentos integrales, son sustancias no digeribles que estimulan, selectivamente, el crecimiento de bacterias beneficiosas, impidiendo la proliferación de las bacterias patógenas en el tubo digestivos.

Los Hidratos de Carbono refinados, tal como nuestra sociedad actual los consume, son anti-alimentos, destructores de la salud física y mental del ser humano. En cambio los Hidratos de Carbono naturales, que los llamamos integrales, son indispensables y perfectos para la salud, y nuestro cuerpo trabaja plenamente. Son la principal fuente de energía para todas las actividades del organismo porque se transforman en glucosa de forma lenta, que se almacena para tener disponible constantemente. Sus grasas son asimiladas correctamente para convertirse también en glucosa.

Sin glucosa, las células de nuestro cuerpo, ni pueden cumplir sus funciones vitales como manufacturar las proteínas que construyen los músculos, ni las secreciones de enzimas y de otras sustancias que controlan los latidos del corazón, nuestra respiración, nuestra actividad cerebral y la expulsión de deshechos o toxinas de nuestro sistema.

El consumo de hidratos de carbono refinados es desastroso para las proteínas que, entonces, deben convertirse en glucosa y que no pueden servir para la construcción de tejidos. Además, sólo un 10% de las grasas pueden ser transformadas en glucosa, el 90% restante producen acidosis por acumulación de cuerpos cetónicos (compuestos químicos cuya función es dar energía al cerebro y al corazón en situaciones excepcionales).