En el post de la parte 1 dijimos que en el ayuno y siempre el agua era fundamental. Esta agua debe ser pura y cristalina, químicamente limpia y físicamente con energía.

La biofísica investiga los organismos vivos. Se ocupa del mundo mineral, vegetal, animal y humano. El ser humano se ha interesado mucho  por la bioquímica, pero realmente es la biofísica la que ha estudiado la energía en vibración, que es la portadora de vida (la enfermedad es  una carencia de esta energía).

La energía se materializa a través de la geometría mediante la cristalización. El agua en estado puro presenta dicha estructura cristalina. El libro Mensajes del agua del investigador japonés Masaru Emoto muestra que el agua tiene una estructura geométrica capaz de almacenar  información. Esta estructura geométrica se puede romper. La biofísica sabe que cuando el agua fluye a través de cientos de metros por una  tubería lo hace sometida a la misma presión, lo cual rompe la fase cristalina del agua. Por esta razón, y por la contaminación química, el agua ya no posee calidad biofísica ni bioquímica, y nos enferma.

¿Cómo se puede convertir el agua en biológicamente viva?

Muchos científicos están convencidos de que la mayoría de las enfermedades en la actualidad están ocasionadas por la acumulación de  productos tóxicos en el agua, que la contaminan y la convierten en agua muerta. Somos agua en un 70% y la necesitamos bioquímicamente  pura, biológicamente viva.

Viktor Shauberger (1885-1958) investigó el principio de los remolinos del agua, que son capaces de disolver las estructuras de las sustancias  tóxicas que se encuentran en el agua contaminada con productos químicos, metales… Ahora se sabe que el movimiento de las partículas en la naturaleza no es en línea recta, sino en espiral, con rotaciones muy regulares. Con el remolino se produce una fuerza centrífuga 130 veces  más grande que la fuerza de la gravedad. El remolino proporciona un momento magnético a causa de las cargas eléctricas que permite desalmacenar determinadas frecuencias tóxicas y recuperar su orientación magnética.

Tóxicos en el agua

El agua del grifo contiene cloro. Parte de este cloro se evapora, pero hay que destacar que el cloro, al  reaccionar con otras sustancias orgánicas, forma químicos venenosos que causan cáncer. El cloro  destruye la vitamina E, la flora intestinal, irrita el estómago y puede colaborar en la formación del  cáncer.

También contaminamos el agua del subsuelo filtrando y clorando el agua, y no todo puede  limpiarse,  como ocurre con los fármacos que vertemos (antidepresivos, anticonceptivos…).

Agua clorada: No beber agua del grifo sin filtrar el cloro, tampoco nadar en piscinas de agua clorada  o ducharse sin un filtro anti-cloro, porque se absorbe más cloro a través de la piel que el que se   pueda ingerir bebiendo agua del grifo.

Nadar en agua clorada de una manera prolongada contribuye al cáncer de piel. El mejor método  para las piscinas es el de la cloración salina por electrolisis.

En el agua del grifo y en la mayoría de aguas embotelladas encontramos, entre otros elementos  perjudiciales, el flúor, que es un veneno lento que se acumula en el tejido cerebral.

Agua fluorada: Es igual de carcinógena que el agua clorada. Utilizar un filtro que elimine también el  flúor. Beber siempre agua no refrigerada.

El fluoruro es un compuesto venenoso que el hígado intenta capturar con la bilis causando  obstrucción de los conductos biliares y muchas enfermedades. Nos añaden fluoruro al agua potable,  a los derivados de la soja, pasta de dientes, comprimidos, gotas, chicles, té, vacunas, productos de  limpieza, sal, leche, anestésicos, colchones (emiten gases de fluoruro), al teflón (menaje de cocina) y a los antibióticos.

Bélgica fue el primer país que prohibió el fluoruro en el año 2002.

-El Dr. Albert Schatz, de Connecticut (1922-2005), descubridor de la estreptomicina, dijo que la  fluorización “es el tóxico más grande que ha afectado al mayor número de personas”.

El 98% de los países europeos han rechazado la fluorización del agua.

Los estudios indican que el fluoruro es uno de los factores principales de envejecimiento, daña el  sistema inmunitario y aumenta la probabilidad de padecer cáncer. Evitaremos, por tanto, la pasta de dientes y los enjuagues bucales que lo contengan, así como las cazuelas y sartenes antiadherentes porque también contienen flúor.

Al considerar que el agua del grifo no es la adecuada usamos agua embotellada para sentirnos más seguros, pero si la botella es de plástico, este envase, con la luz y el calor, desprende antimonio.  Podemos consumir, o bien la de manantial en botella o garrafa de cristal, o el agua filtrada de forma  adecuada. El agua del grifo contiene trazas de arsénico, plomo, cadmio, termonio -que es una forma  radioactiva del plomo- y flúor, entre otros componentes tóxicos. Si queremos darle energía al agua embotellada o filtrada, la pondremos en un recipiente de cristal transparente de color azul, con  tapón no metálico, bajo los rayosvdel sol durante todo un día. Las aguas filtradas casi siempre quedan destiladas, que es favorable para la desintoxicación del organismo pero si la persona está  muy débil es conveniente añadir una pequeña cantidad de sal integral (1/8 de cucharadita) por litro  de agua.

Es mejor el agua destilada que la filtrada por ósmosis, la filtrada e ionizada o el agua mineral embotellada.

Los minerales del agua embotellada son inorgánicos y no se asimilan. También las aguas embotelladas contienen residuo seco, que no deja de ser barro, y actualmente algunas marcas no llevan ni el análisis en el envase. Son causa de piedras en los riñones, en las paredes intestinales, en las arterias, las articulaciones, el hígado e incluso en el corazón.

Al igual que los animales, solo podemos asimilar los minerales orgánicos que producen las plantas.  Solo las plantas de la tierra y las algas del mar pueden absorber los minerales inorgánicos y  convertirlos en orgánicos.

Existen en el mercado máquinas de destilar el agua para consumo  humano. Su funcionamientos es una copia del ciclo del agua en al naturaleza. E

Estas máquinas calientan el agua hasta la evaporación (sol → calienta el agua evaporándola y formando las nubes. Luego, por enfriamiento del aire, se produce la lluvia). En la máquina el vapor pasa por un serpentín que la enfría y la condensa nuevamente en forma líquida. El agua de la lluvia y la destilada no contienen minerales inorgánicos (actualmente no se puede beber el agua de lluvia por contener contaminantes procedentes del aire: lluvia ácida).

El agua que sale de la destiladora está caliente y está ionizada porque al hervir, se carga y se satura de iones negativos (saludables) de oxígeno, que se  generan en las burbujas de la ebullición.

Cuando bebemos de esta agua, limpiamos los tejidos de nuestro cuerpo, ayudando a eliminar los iones positivos (perjudiciales) asociados a la acidez y a las toxinas. Es recomendable, pero no indispensable, guardar esta agua caliente en un termo para ir bebiendo.

Con el agua destilada aprovechamos más los nutrientes y la sangre contiene más cantidad de oxígeno.

Si queremos alcalinizarla le añadiremos 10 gotas de agua de mar por cada litro y también 3 gotas de limón, o simplemente una pizca de sal marina biológica. Para energizarla, la agitaremos de 10 a 15 segundos.

Como una copia de la naturaleza, podemos ponerla en botellas azules (como reflejo del azul celeste) y las dejaremos al sol durante 2 horas.

Todos estos requisitos no son indispensables pero sí muy saludables.

Lista de contaminantes que se eliminan en el proceso de destilación del agua: virus, bacterias, huevos de parásitos, fungicidas, pesticidas, herbicidas, arsénico, cloro, fluoruros, amoníaco, sodio, nitratos-nitritos, plomo, cobre, hierro, aluminio, boro, taninos, arsénico, vanadio, mercurio, calcio, cadmio, plata, níquel, estroncio 90, sulfato, sulfuro, fenol, asbestos, THM’s, PCB’s, radio 226-228, barro, aluvión, y olores.

 

2 comentarios en «El agua: Transición hacia el nuevo paradigma (parte 3)»

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