Relación entre venas de agua subterránea y cáncer
Continuando con el tema del día anterior, es importante resaltar la relación que existe entre las venas de agua subterránea y el cáncer. Se han realizado diferentes estudios, tanto en Europa como en Estados Unidos que lo avalan.
Uno de los primeros estudios que constatan esta relación es el que realizó Von Pohl en la localidad alemana de Vilsbiburg. Se detectó que en 5 casas, a lo largo de 21 años, se habían producido más de 190 casos de cáncer. Todas estas casas estaban situadas en la vertical de una vena de agua subterránea.
Posteriormente, en Francia, el Dr. J. Picard observó que un barrio de la ciudad de Moulins presentaba un índice de casos de cáncer mucho más elevado que el habitual estadísticamente. Se realizó el estudio geobiológico del barrio y, el resultado fue muy evidente. Había una corriente subterránea de agua muy amplia a 80 metros de profundidad. Estaba situada sobre una falla del terreno que se encontraba a 150 metros. Esta corriente tenía diversos afluentes que ampliaban la zona afectada.
Otro estudio a tener en cuenta es el que realizó el ingeniero Jacob Stängle en la década de los 70 y que confirmaba lo que anteriormente había constatado J. Picard y Von Pohl. Las llamadas «casas cáncer» presentan, en la vertical de las venas de agua, partículas de alta energía como los neutrones.
Por otra parte, tanto en Europa como en Estados Unidos se han llevado a cabo investigaciones que señalan la relación entre aguas subterráneas y enfermedades como el cáncer, en especial el de hígado y páncreas, enfermedades reumáticas como fibromialgia, fatiga crónica, artritis reumatoide, entre aquellas personas que duermen situadas sobre las venas de agua.
La Radiestesia se utiliza para determinar las geopatías procedentes del subsuelo y entorno. Desde los egipcios se ha tenido en cuenta la fuerza de estas radiaciones. Sin embargo, no es hasta ahora que se empieza a enseñar en postgrados de algunas universidades la importancia de situar los edificios en zonas neutras. Hay que considerar que las radiaciones que provienen de las venas de agua tienen también otra particularidad: Por ejemplo, tanto los menhires, dólmenes, pirámides de Egipto, México, las iglesias y catedrales, arcos de triunfo, cruces de término, etc, están situados en zonas con grandes cruces de venas de agua y permanecer momentáneamente en estos enclaves no resulta patógeno y ayuda al ser humano a eleverase en su crecimiento personal. El problema surge cuando vivimos, trabajamos y especialmente dormimos sobre estas venas.
Por último, es importante tener en cuenta que, si nuestras viviendas están situadas cerca de iglesias y catedrales, nuestra probabilidad de vivir sobre dichas venas de agua son casi seguras. Por tanto, para preservar nuestra salud es vital hacer un estudio geobiológico de nuestro hábitat.