Comidas preparadas, conservas, congelados y alimentos procesados

A menudo me preguntan: ¿Es igual de sano consumir legumbres en conserva que las cocidas en casa?

Ante todo, cuando hacemos la compra, es necesario que leamos los ingredientes indicados en los envases. La letra acostumbra a ser muy pequeña, por lo que a lo mejor necesitaremos ir a la compra con una lupa. Leer los ingredientes nos permitirá evitar la ingesta de sustancias nocivas e innecesarias como conservantes, colorantes, azúcares, espesantes y potenciadores del sabor, entre ellos el glutamato monosódico, que es MUY TÓXICO.

Por tanto, es importante saber alimentarse física y energéticamente. Los alimentos preparados, las conservas y los congelados desde el punto de vista físico parecen lo mismo, pero son un problema para la salud energética.

Cuando comemos una verdura fresca que se caracteriza por mantener sus moléculas de agua unidas, tiene un alto valor nutritivo, a causa de la energía que nos aporta.

Si comemos erróneamente podemos enfermar, por el hecho de que los órganos también tienen su parte energética y necesitan la vitalidad de los buenos alimentos para conservar la salud. Los astronautas no pueden vivir sanos durante mucho tiempo porque sus alimentos no contienen energía vital.

Un ejemplo lo tenemos en el arroz blanco y el arroz integral. Si los plantamos, del grano de arroz integral crecerá una planta, porque guarda su energía. Del grano de arroz blanco no crecerá nada, porque ya la ha perdido; es un alimento energéticamente muerto.

Los alimentos han de proporcionarnos vida. Si un alimento ya no es un medio vivo, sino que por su elaboración se convierte en un medio muerto (por la destrucción de su estructura biológica), entonces ya no nos alimentará. La consecuencia es el residuo que deja dentro del organismo. Nuestro cuerpo, en vez de recibir energía del alimento, ha de consumir una energía que no ha recibido para digerirlo.

La enfermedad es un desequilibrio de energía y se expresa en forma de síntomas.

En definitiva, cuando me preguntan si es igual de saludable consumir alimentos envasados -legumbres, verduras, …-, mi respuesta siempre es que no. No solo no es saludable sino que además nos resta vitalidad.

Salteado de col verde con tempeh, wakame y piñones

Esta semana os invito a preparar una sencilla y nutritiva receta. Todos los ingredientes son orgánicos y es apta para celíacos.

Ingredientes para 2 personas:

  • 1/2 col verde cortada muy fina
  • 2 cm de alga wakame remojada 2 minutos
  • 3 barritas de tempeh macerado con tamari cortadas a cubitos
  • 1 cucharada sopera de jugo de jengibre recién rallado
  • 2 cucharadas soperas de salsa de soja tamari
  • 1 cucharada sopera de aceite de sésamo
  • Unas gotas de aceite de sésamo tostado
  • 2 cucharadas soperas de piñones

Preparación:

  1. Lavar y tostar ligeramente los piñones.
  2. Calentar una sartén o cazuela grande y añadir el aceite de sésamo, la col y el tempeh. Saltear contínuamente a fuego medio-alto hasta que se reduzca su volumen (5 minutos aproximadamente).  Añadir el alga wakame troceada y saltear 2 minutos más. Añadir el jugo de jengibre, el tamari, el sésamo tostado y remover.
  3. Como guarnición, poner los piñones tostados y servir.

¡Buen provecho!

 

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Meditación sobre nuestro hígado

La meditación tiene un impacto inimaginable sobre todos nuestros «cuerpos». El cambio de alimentación es primordial para la salud, pero también es necesario complementarlo con prácticas como la meditación.

La meditación que propongo hoy está indicada para la fibromialgia y SFC, ya que el hígado es uno de los órganos más afectados en estas patologías. Esta meditación se puede hacer también de cualquier otro órgano o cualquier otra parte de nuestro organismo.

  • Nos ponemos en una posición cómoda, que permita relajarnos y cerramos los ojos.
  • Practicamos unas cuantas respiraciones conscientes, nos relajamos física y mentalmente y vamos sintiendo sólo nuestro interior.
  • Vemos el cuerpo físico con la imaginación y lo sentimos con la emoción, recorriendo nuestra anatomía con atención. Trabajaremos con la voluntad, la atención y la imaginación. No estamos ante un comportamiento mecánico, sino consciente. Podemos, ahora, volvernos conscientes del hígado y sentimos ser el mismo hígado. Nos absorbemos con toda nuestra capacidad consciente en él.
    Nos pondremos en actitud de visualizarlo. Al poco tiempo empezaremos a darnos cuenta de que estamos viendo su forma, compuesta por dos lóbulos, derecho e izquierdo, y su cara visceral, cóncava, dando forma a una especie de H. Su color rojo vino; su consistencia esponjosa; su superficie lisa y brillante; su estructura y composición. También los vasos sanguíneos, la vena porta, la arteria hepática y los vasos linfáticos. Los conductos y los hilos nerviosos.
    Sus funciones, que son la glandular, la excretora, la de almacenamiento, la metabólica y sobre todo la de desintoxicar.
  • Estamos sintiendo cada parte del hígado, su trabajo, el flujo sanguíneo, las corrientes nerviosas, los movimientos energéticos, cada una de sus moléculas. El hígado está vivo… y le mandamos energía de nuestro vehículo etérico y de nuestro vehículo mental.
    Dirigimos la atención donde queremos y hacia allí enviamos energía y de este lugar recibimos información.
    Así nos damos cuenta que no somos la imaginación, la manejamos; que no somos la voluntad, la utilizamos; que no somos la atención, sino que la usamos…
    ¿Quién está haciendo todo esto? Es la conciencia.
    La conciencia reside en el corazón, estamos reconociendo, en conciencia, nuestro hígado y, en consecuencia, dirigiendo las energías internas hacia él, con el privilegio que ello supone de regeneración, equilibrio, curación, etc. Siempre en función de la capacidad de la propia conciencia.

 

Practica más meditaciones guiadas en el libro De la Fibromialgia a la Salud.