Consideramos al sol como el único culpable del cáncer de piel y nos preocupamos solamente de las cremas protectoras. Pero hay que tener en cuenta que el factor más importante está en nuestra alimentación. Consumimos grandes cantidades de grasas trans, grasas saturadas procedentes de la carne, fritos, así como lácteos, azúcares, productos y refrescos industriales…, que crean una condición ácida en nuestra sangre. La exposición al sol prolongada hace que estos factores grasos vayan hacia la piel, bloqueando los poros, folículos pilosos y glándulas sudoríparas. La luz del sol sólo es el catalizador que muestra el exceso de tóxicos sobre la piel.

Las personas que viven en los trópicos y tienen una dieta equilibrada, pueden permanecer sin peligro muchas horas bajo el sol, ya que su sangre y tejidos no contienen nuestro exceso de tóxicos.

Tomar el sol nos aporta grandes beneficios. La radiación ultravioleta → Reduce el colesterol → Metaboliza vitaminas D1 y D3→ Absorción de minerales → Minerales que inactivan la acidez → Alcalinización.

Sin sol no hay vida. Sin él se acabaría la vida en el mar y en la tierra. Sin sol no habría ni respiración ni nutrición celular.

Para podernos beneficiar al máximo de los baños de sol es importante tener siempre en cuenta los siguientes puntos:

  • Es conveniente empezar con 15 minutos e ir aumentando cada día hasta llegar a la hora u hora y media. Es preciso protegerse la cabeza con un sombrero durante los baños de sol.
  • Las mejores horas y más efectivas para hacer baños solares es temprano por la mañana hasta las 11 a.m. porque es entonces cuando tienen mayor poder curativo.
  • Evitar la exposición al sol entre las 11 y las 16 hs, ya que las radiaciones son demasiado intensas.
  • Desconfiar de un cielo nublado
  • La arena refleja el sol sobre nuestro cuerpo y los parasoles no son tan eficaces como se cree.
  • Hay medicamentos incompatibles con los baños de sol.
  • Beber agua para compensar la sudoración
  • La piel debe estar limpia de cosméticos y de maquillaje.
  • Complementar la exposición al sol con frecuentes baños o duchas de agua fría.
  • El mejor baño de sol es el que se toma bajo la sombra, más o menos espesa, de los árboles.
  • El Profesor Fritz Hollwich aconseja, en lo posible, que se prescinda de las gafas de sol para que los rayos solares estimulen la retina y a nuestro cerebro.

¿En qué casos están contraindicados los baños de sol?
Los baños de sol están contraindicados en casos de:

  • Tuberculosis pulmonar evolutiva
  • Enfermedades renales agudas
  • Colesterol elevado (por riesgo de cáncer de piel). Exceso de sol + exceso de colesterol = cáncer de piel (melanosarcoma)
  • Hipertensión arterial muy elevada
  • Fiebre
  • Sueño (no se debe dormir al sol sino en la sombra)
  • Cuando existen varices hay que practicar vaporizaciones de agua fría o baños continuados.

¿Qué ocurre con las cremas solares?

Las cremas protectoras son sustancias químicas estudiadas para absorber, en parte, las radiaciones UV-A y UV-B, pero poco las UV-C. Nunca nos protegen totalmente de las radiaciones solares. Debido a la gran cantidad de productos químicos que contienen son agresivos para nuestra piel y perjudiciales para nuestro organismo. Entre los filtros ultravioletas se usa un tóxico llamado benzofenona.

Se ha estudiado que las cremas solares que contienen vitamina A y sus derivados, retinol y palmitato de retinol, aumentan el desarrollo del cáncer de piel. Cuanto mayor es el nivel de protección solar, mayor es la concentración de ingredientes tóxicos.

Es preferible usar aceites solares naturales: entre los aceites adecuados para utilizar en los baños de sol, destacamos principalmente el de sésamo, el de jojoba, la manteca de karité y también podemos mezclar los siguientes aceites: el de nuez, aguacate, soja y zanahoria. Estos aceites se pueden mezclar a partes iguales y en el momento de aplicarlos se les añade un poco de agua, efectuando un suave masaje en la piel antes de tomar el sol.

 

Para más información sobre este tema, consulta el libro Alimentación, energía vital en el Cáncer.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *