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El cuerpo siempre obedece a las órdenes de la mente.  Las creencias, los pensamientos, las emociones, los sentimientos, los deseos, las aversiones, etc. son el software con el cual están programadas todas las células de nuestro organismo, pudiendo modificar incluso el comportamiento genético de nuestro ADN.  Es una programación diaria, segundo a segundo, que tiene sus mejores posibilidades cuando existe el amor a nosotros mismos. Nuestras células necesitan amor, aceptación de cómo somos sin censuras, del cuidado diario como respetar los horarios, comer adecuadamente, hacer relajación y practicar la meditación, estar en contacto con la naturaleza siempre que se pueda, hacer ejercicio, evitar las tensiones emocionales y resolver las del pasado…

Las emociones no expresadas son el origen de la mayoría de las enfermedades, y entre ellas el cáncer.

El cáncer está relacionado con las emociones inhibidas y un profundo resentimiento. Generalmente, por la falta de expresión de nuestras emociones más escondidas y profundas debido a conflictos internos que perduran en el tiempo, como por ejemplo: la culpabilidad, el odio, la desesperación, la tensión. Todo ello como base para que cuando ocurra una desgracia que nos supere y no sepamos expresar y compartir, se inicie la enfermedad.

La enfermedad aparece cuando nos hemos olvidado de nosotros mismos y de cuidar de nuestro mundo interior.

En nuestra sociedad vivimos casi exclusivamente en el mundo exterior. Sólo nos preocupa la relación con los demás, sin pensar en nuestro mundo interior, olvidándonos de nosotros mismos. La enfermedad nos muestra la posibilidad de abrir el diálogo con nosotros mismos, de iniciar una nueva vida y de hacernos preguntas como: ¿Quiénes somos? ¿Qué pensamos? ¿Qué queremos en la vida? ¿Cuáles son nuestros sueños?

Esta nueva vida empieza por dedicarnos tiempo para nosotros, para buscar una existencia más equilibrada, dejando atrás la ira, el resentimiento, para sustituirlos por la aceptación y el perdón hacia nosotros, para empezar a querernos y poder querer a los demás.

También tiene que dirigirse a ordenar nuestras verdaderas necesidades y comprender que la salud se encuentra en una nueva actitud frente a la vida, reconociendo que la vida merece ser vivida y nosotros merecemos vivirla.

Vivir el instante presente sin volver al pasado ni preocuparnos por el futuro.

(Puedes seguir leyendo en Alimentación, energía vital en el Cáncer)

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