Medicina del Hábitat
La Medicina del Hábitat está basada en la Geobiología. Es fundamental tener en cuenta dónde dormimos y trabajamos, ya que tenemos que evitar que sea un lugar con corrientes telúricas: líneas Hartmann, Curry, fallas, venas de agua subterráneas, campos electromagnéticos, planos de Benker, chimeneas, portales, … Todas ellas proceden del subsuelo o del entorno.
Se trata de identificar, evaluar y neutralizar o armonizar las patologías ambientales. Mediante un test de kinesiología se puede saber si la persona está afectada por radiaciones geopatógenas o electromagnéticas.
Es importante descartar que nuestra enfermedad pueda ser incrementada por las geopatías, entre otros factores, ya que nuestro cuerpo es un depósito de agua. Si tenemos síntomas de enfermedad es porque existe un campo interferente. El agua de nuestro cuerpo almacena las frecuencias malignas de los lugares con geopatías (cuanto más tiempo permanezcamos en estos espacios más frecuencias distorsionadoras acumularemos).
A causa del campo interferente, las órdenes que da nuestro ADN se distorsionan; las células no pueden interpretarlas y crean una atracción hacia las sustancias tóxicas, que pueden producir la enfermedad, entre otros factores.
Geobiología
El hombre está expuesto constantemente a diversas radiaciones: unas provienen del cosmos, otras del subsuelo de la tierra y otras de nuestro entorno.
Todos ven claro lo que significan las radiaciones solares; algunos consideran también que la Luna es importante para nosotros, pero pocos aceptan que de la Tierra puedan surgir unas radiaciones que tienen una influencia positiva o negativa, dependiendo de la energía del lugar.
Hay diversos estudios que muestran la influencia de las radiaciones, sean naturales o artificiales. Dentro de las radiaciones naturales, las alteraciones telúricas pueden proceder de corrientes de agua, fallas, líneas Hartmann, líneas Curry, etc. Dentro de las radiaciones artificiales o del entorno podemos estar afectados por campos eléctricos, electromagnéticos, microondas, telefonía móvil, redes 5G…que tienen también una influencia negativa en la salud.
Geopatías
Cuando el hombre recibe un exceso de radiación procedente del subsuelo y del entorno durante un cierto tiempo aparece una geopatía que dependiendo de la naturaleza de cada persona puede influir sobre su salud en mayor o menor grado.
Estudios recientes indican que la leucemia y diversos tipos de cáncer pueden estar vinculados con la exposición a radiaciones a niveles muy altos o a radiaciones más débiles pero durante largo tiempo.
Las geopatías pueden ser causadas por:
1.-Corrientes de agua subterránea
Es importante resaltar la relación que existe entre las venas de agua subterránea y el cáncer. Se han realizado diferentes estudios, tanto en Europa como en Estados Unidos que lo avalan.
Son las más patógenas. Se ha descubierto que en el caso de las enfermedades degenerativas, están presentes en más de un 80% de los casos. También tienen influencia sobre las enfermedades crónicas. Su radiación actúa en las defensas y provoca diversas disfunciones antes de llegar a la enfermedad.
En la ciudad de Moulins (Francia) el Dr. J. Picard observó que un barrio tenía un elevado número de muertos por cáncer que no era lo que las estadísticas consideraban normal. Se realizó el estudio geobiológico del barrio y el resultado fue muy evidente: había una corriente de agua subterránea muy amplia a 80 m de profundidad sobre una falla que se encontraba a 150 m, en una zona próxima. Esta corriente tenía diversos afluentes que ampliaban la zona afectada.
Uno de los primeros estudios que constatan esta relación es el que realizó Von Pohl en la localidad alemana de Vilsbiburg. Se detectó que en 5 casas, a lo largo de 21 años, se habían producido más de 190 casos de cáncer. Todas estas casas estaban situadas en la vertical de una vena de agua subterránea.
Otro estudio a tener en cuenta es el que realizó el ingeniero Jacob Stängle en la década de los 70 y que confirmaba lo que anteriormente había constatado J. Picard y Von Pohl. Las llamadas «casas cáncer» presentan, en la vertical de las venas de agua, partículas de alta energía como los neutrones.
Por otra parte, tanto en Europa como en Estados Unidos se han llevado a cabo investigaciones que señalan la relación entre aguas subterráneas y enfermedades como el cáncer, en especial el de hígado y páncreas, enfermedades reumáticas como fibromialgia, fatiga crónica, artritis reumatoide, entre aquellas personas que duermen situadas sobre las venas de agua.
Por último, es importante tener en cuenta que, si nuestras viviendas están situadas cerca de iglesias y catedrales, nuestra probabilidad de vivir sobre dichas venas de agua son casi seguras. Por tanto, para preservar nuestra salud es vital hacer un estudio geobiológico de nuestro hábitat.
2.- Redes de líneas Hartmann
Forman una cuadrícula sobre la tierra y están orientadas en las direcciones norte-sur y este-oeste. La anchura de estas líneas es aproximadamente de 20 cm y están separadas entre ellas desde 160 cm hasta 260 cm.
3.- Redes de líneas Curry
Forman otra cuadrícula nordeste-sudoeste y noroeste-sudeste. Sus líneas tienen una anchura de 40 cm y la separación entre ellas oscila entre 4 y 8 metros. Su sola radiación no acostumbra a ser patógena, ya que la intensidad energética que desprenden es baja, pero en los cruces sí que generan una radiación de tipo Yang.
Los efectos patógenos de la red Curry son más fuertes que los producidos por la red Hartmann.
Entre estas retículas de las redes Hartmann y Curry hay unas zonas sin perturbaciones que son los lugares donde se deben colocar las camas y las mesas de trabajo.
Dentro de las radiaciones del entorno podemos distinguir dos tipos: las electromagnéticas de alta frecuencia, las producidas por campos eléctricos y las producidas por microondas.
4.- Planos de Benker
Es una caja de resonancia o sistema de transmisión emocional. Anton Benker, en la década de los 50, descubrió lo que pasó a llamarse el «Sistema Cúbico de Benker«. Este sistema indica que no sólo existen planos verticales de energía telúrica (Hartmann y Curry), sino que también existen planos horizontales formando cubos.
Los maestros constructores del románico ya utilizaban los planos de Benker en las iglesias. Gracias a ellos el cerebro de los feligreses entra en un estado alfa previo a la meditación donde se percibe el nivel emocional general. Si hay una persona con un nivel alto, puede armonizar al resto de personas.
En el vídeo de este post se muestra que en el palacio ducal de Urbino -zona de poder-, el plano de Benker no se sitúa a la altura vital (órganos y cabeza), mientras que en su iglesia sí se sitúa en el plano vital humano (para que haya una relación entre el mensaje del cura y los feligreses).
¿Qué ocurre si en el nivel donde dormimos existe un plano de Benker? Ocurre que, si coincide el plano donde dormimos con el mismo en el que se encuentra una persona enferma, se recibirá la misma vibración de la patología que padece. Sería necesario, en este caso, un desplazamiento en altura (la mejor solución sería dormir en litera).
5.- Chimeneas cosmotelúricas con y sin brazos
Es una de las geopatías más patógenas debido a la baja frecuencia de su radiación. Estas chimeneas giran primero en un sentido, absorbiendo la energía de los seres vivos para, a continuación, pararse y comenzar a girar en sentido contrario, contaminando mediante sus radiaciones dañinas. Este fenómeno es el que regula el intercambio de energía entre el planeta Tierra y la naturaleza externa con sus seres vivos.
Las chimeneas cosmotelúricas tienen un núcleo activo de 65 cm y pueden tener hasta 8 brazos activos cuya medida puede llegar a alcanzar los 8 metros.
Cada persona interactúa con estas radiaciones de forma diferente, dependiendo del potencial de respuesta a las agresiones del medio y de los mecanismos inmunológicos. Pero es evidente que la sobreexposición a alteraciones telúricas y campos electromagnéticos, junto con sustancias tóxicas, aire contaminado, materiales inadecuados de construcción, etc., llevan a una sobrecarga que afecta a la salud. Es recomendable liberarse de las geopatías; es necesario comprobar si nuestros síntomas cambian sólo con un desplazamiento o reorientación cardinal de la cama donde dormimos. Se recomienda situar la cabecera de la cama en dirección norte (nos calma) o bien este (nos regenera) o toda la zona noreste. Si hacemos estos cambios, cuidamos la alimentación, hacemos ejercicio y ponemos en práctica un nuevo estilo de vida rencontraremos el equilibrio y la salud.
Conclusión
Se trata de hacer, por parte de un buen experto, un buen estudio geológico de la casa. Así, sabremos las zonas donde descansar y donde trabajar para evitar las influencias patógenas.
Es necesario comprobar, también, que por la fachada de la vivienda no pasen líneas eléctricas de gran consumo, y que cerca de la casa no haya líneas de alto voltaje.
Es conveniente dormir lejos de los aparatos como radio-reloj despertador, móvil y redes 5G, televisor, ordenador, enchufes, transformadores…
Si queremos realizar un estudio completo de nuestra vivienda, necesitaremos un geobiólogo que abarque todos estos temas. Si sólo consideramos una parte de ellos, es posible que no resolvamos la salud de nuestro hábitat.
Sobre la geobiología y otros temas relacionados con el hábitat, podéis encontrar más información en los libros «Actuar en el Cáncer desde una visión global» y «Hablemos de fibromialgia»