Después de los cambios en la Tierra debidos a la convergencia armónica, el ser humano ha pasado de 7 chakras a 13 para poder asimilar mejor las energías. Ondas de energía pulsante son la base del Cosmos y aunque parece que somos sólidos, en realidad estamos compuestos de energías vibrantes que se filtran desde el interior al exterior y viceversa en nuestro cuerpo. Cada Chakra sirve a un centro de inteligencia para procesar la energía cósmica y el mundo de la materia física.

Además de los 7 Chakras, existen 6 centros energéticos adicionales que están situados fuera del cuerpo, por encima de la cabeza. Estos 6 Chakras, al igual que los 7 Chakras que conocemos, son pulsantes vórtices de colores caleidoscópicos, son luz, símbolos y sonidos que utilizamos para saber quiénes somos en relación a toda la existencia.

Para navegar por estos 6 Chakras y explorarlos hace falta una imaginación creativa. Sin un mapa no podríamos diferenciar entre una frontera y otra, y, de la misma manera, la visualización creativa puede ser muy útil para explorar una realidad que parece estar más allá de nuestro alcance.

Las flores como medio de exploración

Apreciamos las flores gracias a su elegante belleza y su poderosa energía de fuerza vital, abren nuestros Chakras y, con frecuencia, son símbolos utilizados para expresar nuestros sentimientos y emociones más profundas. Asociar los Chakras Cósmicos Multidimensionales con determinadas flores nos proporciona una imagen para ayudarnos a explorar los numerosos aspectos no-físicos de nuestra identidad.

Los 6 Chakras Superiores (ver post sobre los Chakras Internos)

El 8º Chakra está situado entre 30,5 – 91 cm por encima de nuestra cabeza y está conectado con la «Flor del Lirio».

Este portal, similar a una trompeta, es un transductor de energía para el resto de Chakras Cósmicos, bajando la frecuencia de luz y canalizando este conocimiento a las numerosas capas de los aspectos físicos y no-físicos del cuerpo. Esencialmente, establece un vínculo no-físico para una identidad que es mayor que las fronteras de la forma física.

El 9º Chakra ofrece a nuestra conciencia gran movilidad y su símbolo es la «Flor de la Luna», pues su función consiste en conectarnos con todo lo que sucede entre la atmósfera terrestre y la luna, incluidas las poderosas energías magnéticas que conectan a las 2 esferas. Este centro de energía nos proporciona una visión de la Tierra como se ve desde el espacio y cabe destacar que amplía nuestras percepciones en relación con nuestro lugar dentro del esquema cósmico de la vida.

El 10º Chakra es representado por la «Flor del Girasol» y se conoce como el Chakra Solar. Este Chakra conecta y amplía nuestra conciencia a cualquier lugar para llegar dentro de nuestro Sistema Solar, desde el Sol hasta más allá de Plutón. Al Sol se le considera el gobernador principal de nuestro Sistema, ya que sostiene y alimenta la vida, aportando las frecuencias de luz necesarias como punto focal, junto con la energía vital y la información que transmite. El Centro Girasol es también muy móvil. Además de utilizar el Sol como punto focal, reconoce la información cósmica como fuente del conocimiento que estamos desarrollando.

 

A lo largo de los tiempos, la gente ha alineado su conciencia con el sol para recibir inspiración para nuevas ideas y acceder a determinado tipo de información. No obstante, a veces se escondían del Sol eligiendo la oscuridad porque sentían que sus rayos podían leer sus mentes y acceder a sus secretos y sus actos.

El 11º Chakra o Chakra Galáctico. Nuestra conciencia puede explorar la galaxia con solo mover el Chakra Galáctico en cualquier dirección dentro de la Vía Láctea. Sin embargo, en algún momento el Chakra Corazón o 10º Chakra nos llamará para que regresemos a casa, a nuestro lugar de nacimiento.

El Chakra Galáctico se puede representar mediante la «Flor de la Rosa Roja», que es la flor más popular para simbolizar y expresar el amor en la Tierra. Conectar con la inteligencia de nuestra galaxia, abrirá nuestra conciencia para comprender cómo los racimos de luz, efectivamente, funcionan. 

El 12º Chakra o Chakra Universal. Nos conecta con unas realidades que existen más allá de nuestra propia galaxia y que amplían nuestra identidad hasta el inmenso espacio del universo, que se considera un singular campo que contiene todo lo que parece existir. El Chakra Universal se simboliza mediante la «Flor Púrpura de la Equinácea», cuya corona es una maravilla matemática de espirales que sintetizan la perfección de la «proporción áurea», como el auténtico diseño de la vida. En el Universo el tiempo parece moverse hacia atrás debido a nuestra actual percepción y comprensión de la luz y del tiempo. 

Debido al desarrollo de la radioastronomía, existen fotografías del cosmos lejano que muestran eventos que ocurrieron hace muchísimo tiempo y que nos permiten contemplar un pasado mistificado.

El 12º Chakra funciona como una puerta abierta para acceder al terreno del pasado. Además, es una disimulada ventana con la que se puede explorar el tiempo simultáneo. 

El Universo es parte del Multiverso, en el que las capas de la existencia están ligadas mediante el tiempo simultáneo. Para contemplar el «cuadro» existe un Chakra adicional, que es el 13º.

El 13º Chakra o Chakra Astral es un centro adicional que se abre al Multiverso, contiene cada uno del resto de los chakras, los internos y los externos o superiores. Los misterios del multiverso se describen con la imagen de un «hongo» que aparece y desaparece en nuestro mundo por arte de magia. El místico hongo puede ser una fiesta gourmet, nutritivo y delicioso, o puede acabar con nuestra vida si no prestamos atención. Casi con toda seguridad nos conducirá a un largo y fascinante viaje por los territorios que están mucho más allá de los confines de nuestras percepciones.

 

Todos nuestros Chakras nos conectan con la ilimitada fuente de energía para vivir y explorar los matices de la Creación de la realidad, y es nuestra responsabilidad disfrutar y utilizar estas capacidades.

El contenido de este post es un extracto del libro «Recuperar el Poder. Sabiduría Pleyadiana para un Mundo en Caos» de Bárbara Malciniak. Puedes leer la obra completa desde aquí

 

 

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