Cocinamos rollitos de col rellenos

El trigo sarraceno es un pseudocereal poco conocido pero que, junto con el mijo, son los más yang y alcalinos. Para introducir en nuestra alimentación este cereal es mejor hacerlo a través de la pasta de «soba» o bien con los «chapati», elaborados con harina de trigo sarraceno, también llamado alforfón. Si queremos yanguizar estos cereales libres de gluten es importante que los tostemos ligeramente.

La receta que os invito a probar a continuación es un plato muy completo y equilibrado nutricionalmente que incorpora el trigo sarraceno y la col, esta última es una de las verduras con mayor contenido en proteínas. Deseo que os resulte ¡delicioso!

Ingredientes:

  • 1 vaso de arroz integral tostado
  • 1 vaso de trigo sarraceno tostado
  • 1 pizca de sal
  • Una pizca de canela en polvo
  • Una pizca de nuez moscada en polvo
  • Un chorrito de aceite de sésamo
  • 2 cebollas grandes
  • 1 trozo de seitán de espelta
  • 1 col (usaremos sólo las hojas grandes, sin el tallo)
  • 1 paquete de setas calabaza (Boletus) secas
  • 4 vasos de agua

Preparación:

  1. Cocemos los dos cereales tostados añadiendo la canela y la nuez moscada en el agua hirviendo y en cazuelas separadas. Su cocción será de menos tiempo de lo habitual, en el caso del arroz integral, durante 35 minutos y lo dejaremos reposar 10 minutos; el trigo sarraceno lo coceremos durante 15 minutos y luego lo dejaremos reposar también durante 10 minutos.
  2. Hervimos el seitán durante 20 minutos y lo rallamos.
  3. Cortamos las cebollas a medias lunas, bien finas y las salteamos con un poco de aceite. Añadimos la sal cuando estén transparentes.
  4. Limpiamos y cortamos las setas y las cocemos con un poquito de agua y una pizca de sal durante unos pocos minutos hasta que estén blandas.
  5. Cuando las cebollas estén cocidas le añadimos las setas con los cereales.
  6. Cortamos y desechamos el trozo más duro del tallo de las coles.
  7. Escaldamos las hojas de col de tres en tres, en agua hirviendo, durante 3 minutos.
  8. Rellenamos las hojas de col con las mezcla de cereales, cebolla, setas y seitán a modo de rollitos.
  9. Ponemos los rollitos en una bandeja al horno a 100ºC durante media hora aproximadamente.
  10. Como guarnición pondremos encima de los rollitos semillas tostadas y saladas de sésamo, girasol o calabaza.

 

Si quieres aprender más recetas similares, te gustará Recetas macrobióticas para la Salud.

¡Escoge tu camino!

El Dr. Henry G. Bieler (1893-1975) es considerado el “Hipócrates moderno” después de 50 años de experiencia clínica y estableció 3 conclusiones fundamentales:

  1. La primera causa de la enfermedad no son los gérmenes sino la toxemia que produce el deterioro y la descomposición de las células, dejando así vía libre para el asalto y multiplicación de los gérmenes. De este modo, el cáncer se puede considerar como una gran toxemia general, no tan solo de nuestro cuerpo, sino que también la podemos hacer extensiva a todos nuestros vehículos de energía como el de energía vital, el emocional, el mental, hasta nuestro vehículo más sutil, nuestra parte espiritual.
  2. Casi en todos los casos los fármacos resultan perjudiciales por sus efectos secundarios, y a veces incluso crean nuevas enfermedades.
  3. La enfermedad puede curarse con una correcta alimentación.

Hemos olvidado que no hay que buscar fuera lo que ya tenemos dentro, en el «corazón» existe la herramienta más poderosa para la sanación. Además, cada enfermedad tiene su remedio en la naturaleza. Y como conclusión final, tengamos presente que la alimentación es tu mejor medicina.

Las enfermedades crónicas tienen muchos remedios en la naturaleza como se ha demostrado en cantidad de investigaciones realizadas en todo el mundo por una minoría de médicos y científicos que han despertado la conciencia y han comprendido aquella expresión: “PRIMUM NON NOCERE” -Primero no hacer daño-. Los enfermos oncológicos viven un infierno.

Somos libres si tenemos la capacidad de decir no, de desobedecer, de rebelarnos y de ser capaces de escoger el camino que queremos. El sistema es enemigo de la naturaleza y del ser humano.

“No creáis en nada, creed únicamente en lo que vosotros mismos hayáis experimentado, verificado y aceptado, después de someterlo al dictamen del discernimiento y a la voz de la conciencia” Buda

 

Sigue leyendo en Alimentación, energía vital en el Cáncer.

Comidas preparadas, conservas, congelados y alimentos procesados

A menudo me preguntan: ¿Es igual de sano consumir legumbres en conserva que las cocidas en casa?

Ante todo, cuando hacemos la compra, es necesario que leamos los ingredientes indicados en los envases. La letra acostumbra a ser muy pequeña, por lo que a lo mejor necesitaremos ir a la compra con una lupa. Leer los ingredientes nos permitirá evitar la ingesta de sustancias nocivas e innecesarias como conservantes, colorantes, azúcares, espesantes y potenciadores del sabor, entre ellos el glutamato monosódico, que es MUY TÓXICO.

Por tanto, es importante saber alimentarse física y energéticamente. Los alimentos preparados, las conservas y los congelados desde el punto de vista físico parecen lo mismo, pero son un problema para la salud energética.

Cuando comemos una verdura fresca que se caracteriza por mantener sus moléculas de agua unidas, tiene un alto valor nutritivo, a causa de la energía que nos aporta.

Si comemos erróneamente podemos enfermar, por el hecho de que los órganos también tienen su parte energética y necesitan la vitalidad de los buenos alimentos para conservar la salud. Los astronautas no pueden vivir sanos durante mucho tiempo porque sus alimentos no contienen energía vital.

Un ejemplo lo tenemos en el arroz blanco y el arroz integral. Si los plantamos, del grano de arroz integral crecerá una planta, porque guarda su energía. Del grano de arroz blanco no crecerá nada, porque ya la ha perdido; es un alimento energéticamente muerto.

Los alimentos han de proporcionarnos vida. Si un alimento ya no es un medio vivo, sino que por su elaboración se convierte en un medio muerto (por la destrucción de su estructura biológica), entonces ya no nos alimentará. La consecuencia es el residuo que deja dentro del organismo. Nuestro cuerpo, en vez de recibir energía del alimento, ha de consumir una energía que no ha recibido para digerirlo.

La enfermedad es un desequilibrio de energía y se expresa en forma de síntomas.

En definitiva, cuando me preguntan si es igual de saludable consumir alimentos envasados -legumbres, verduras, …-, mi respuesta siempre es que no. No solo no es saludable sino que además nos resta vitalidad.

Salteado de col verde con tempeh, wakame y piñones

Esta semana os invito a preparar una sencilla y nutritiva receta. Todos los ingredientes son orgánicos y es apta para celíacos.

Ingredientes para 2 personas:

  • 1/2 col verde cortada muy fina
  • 2 cm de alga wakame remojada 2 minutos
  • 3 barritas de tempeh macerado con tamari cortadas a cubitos
  • 1 cucharada sopera de jugo de jengibre recién rallado
  • 2 cucharadas soperas de salsa de soja tamari
  • 1 cucharada sopera de aceite de sésamo
  • Unas gotas de aceite de sésamo tostado
  • 2 cucharadas soperas de piñones

Preparación:

  1. Lavar y tostar ligeramente los piñones.
  2. Calentar una sartén o cazuela grande y añadir el aceite de sésamo, la col y el tempeh. Saltear contínuamente a fuego medio-alto hasta que se reduzca su volumen (5 minutos aproximadamente).  Añadir el alga wakame troceada y saltear 2 minutos más. Añadir el jugo de jengibre, el tamari, el sésamo tostado y remover.
  3. Como guarnición, poner los piñones tostados y servir.

¡Buen provecho!

 

Descubre más preparaciones saludables en Recetas Macrobióticas para la Salud.

Meditación sobre nuestro hígado

La meditación tiene un impacto inimaginable sobre todos nuestros «cuerpos». El cambio de alimentación es primordial para la salud, pero también es necesario complementarlo con prácticas como la meditación.

La meditación que propongo hoy está indicada para la fibromialgia y SFC, ya que el hígado es uno de los órganos más afectados en estas patologías. Esta meditación se puede hacer también de cualquier otro órgano o cualquier otra parte de nuestro organismo.

  • Nos ponemos en una posición cómoda, que permita relajarnos y cerramos los ojos.
  • Practicamos unas cuantas respiraciones conscientes, nos relajamos física y mentalmente y vamos sintiendo sólo nuestro interior.
  • Vemos el cuerpo físico con la imaginación y lo sentimos con la emoción, recorriendo nuestra anatomía con atención. Trabajaremos con la voluntad, la atención y la imaginación. No estamos ante un comportamiento mecánico, sino consciente. Podemos, ahora, volvernos conscientes del hígado y sentimos ser el mismo hígado. Nos absorbemos con toda nuestra capacidad consciente en él.
    Nos pondremos en actitud de visualizarlo. Al poco tiempo empezaremos a darnos cuenta de que estamos viendo su forma, compuesta por dos lóbulos, derecho e izquierdo, y su cara visceral, cóncava, dando forma a una especie de H. Su color rojo vino; su consistencia esponjosa; su superficie lisa y brillante; su estructura y composición. También los vasos sanguíneos, la vena porta, la arteria hepática y los vasos linfáticos. Los conductos y los hilos nerviosos.
    Sus funciones, que son la glandular, la excretora, la de almacenamiento, la metabólica y sobre todo la de desintoxicar.
  • Estamos sintiendo cada parte del hígado, su trabajo, el flujo sanguíneo, las corrientes nerviosas, los movimientos energéticos, cada una de sus moléculas. El hígado está vivo… y le mandamos energía de nuestro vehículo etérico y de nuestro vehículo mental.
    Dirigimos la atención donde queremos y hacia allí enviamos energía y de este lugar recibimos información.
    Así nos damos cuenta que no somos la imaginación, la manejamos; que no somos la voluntad, la utilizamos; que no somos la atención, sino que la usamos…
    ¿Quién está haciendo todo esto? Es la conciencia.
    La conciencia reside en el corazón, estamos reconociendo, en conciencia, nuestro hígado y, en consecuencia, dirigiendo las energías internas hacia él, con el privilegio que ello supone de regeneración, equilibrio, curación, etc. Siempre en función de la capacidad de la propia conciencia.

 

Practica más meditaciones guiadas en el libro De la Fibromialgia a la Salud.

Aprende a cocinar hamburguesas de lentejas con mijo

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En general muchos niños suelen tener dificultades para comer legumbres. Pero con la siguiente receta les gustará más.

El mijo es el cereal más yang. Es generador de alcalinidad y es uno de los cereales más energéticos, por lo que es idóneo para estos meses de invierno. Se aconseja en la anemia ferropénica, cuando se presentan calambres musculares y como cereal muy adecuado durante el embarazo y la lactancia. El mijo contribuye a regenerar el sistema nervioso y también es el cereal indicado para la diabetes.

¿Cómo introducir el mijo en tu dieta? Os propongo estas hamburguesas, que también se pueden cocinar sustituyendo el mijo por arroz integral. ¡Buen provecho!

¿Qué ingredientes necesitas?:

  • 250 gr. de lentejas du puy cocidas previamente
  • 250 gr. de mijo cocido
  • 1 zanahoria
  • 2 cebollas
  • Un puñado de perejil picado
  • Un trocito de jengibre triturado
  • 2 cucharadas de sésamo tostado o 2 cucharadas de tahín
  • 1/2 cucharada sopera de miso de cebada
  • Un poco de tamari
  • 1 cucharada sopera de pasta de umeboshi
  • 100 gr. de alga hiziki cocida cortada a trocitos pequeños
  • 3 cucharadas de aceite de sésamo

Preparación de las hamburguesas:

  1. Cortar la zanahoria y la cebolla a daditos.
  2. Con el aceite de sésamo saltear primero la cebolla y cuando esté transparente, salar y añadir la zanahoria.
  3. Una vez finalizado el salteado de las 2 verduras lo mezclamos con el miso, la pasta de umeboshi, el sésamo, el jengibre, el alga hiziki, el mijo y las lentejas trituradas. Todo bien removido. Rectificar con tamari.
  4. Para dar forma a las hamburgesas podemos ayudarnos de un aro de acero inoxidable o bien con las manos podemos hacer unas bolas que después aplastaremos. Dejaremos enfriar las hamburguesas en la nevera para que no se rompan al dorarlas.
  5. Calentar un poco de aceite de sésamo y dorar las hamburguesas por las dos caras.
  6. Servirlas con el perejil por encima.
  7. Se acompañarán con algún nituké de verduras como por ejemplo el de cebolletas.

 

Si te ha gustado la receta y quieres aprender más preparaciones similares, tienes una extensa selección en Recetas Macrobióticas para la Salud.

Alimentos Medicamento: Ume-Sho-Kuzu

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En medio de la ola de frío invernal los resfriados y gripe están a la orden del día. Y qué mejor manera para combatir las bajas temperaturas y las afecciones asociadas que una infusión reconfortante, calentita y que además está especialmente indicada para resfriados, faringitis, bronquitis, diarreas, enfermedades intestinales y procesos gripales. La infusión macrobiótica que os invito a preparar está constituida por alimentos-medicamento y se llama: Ume-Sho-Kuzu. Esta preparación, considerada un antibiótico natural, puede tomarse 3 veces al día en caso de estar pasando por algún estado gripal, resfriado, faringitis, etc.

¿Cómo preparar la infusión Ume-Sho-Kuzu?

  • Poner a hervir algo más de 1 taza de agua y añadir 1ciruela umeboshi. Dejar hervir durante 10 minutos.
  • Diluir una cucharadita de kuzu con un poco de agua fría y verterla en el agua hirviendo de la umeboshi y remover inmediatamente para que no se haga grumos.
  • Apagar el fuego cuando la bebida sea transparente y espesa.
  • Añadir 1/2 cucharadita de shoyu o unas gotas de tamari.
  • Es opcional añadir media cucharadita de jengibre fresco rallado o seco.

Si te apetece aprender más recetas de infusiones y bebidas-medicamento, tienes una amplia selección en: Recetas Macrobióticas para la Salud.

 

8ª historia de superación: cáncer de pulmón

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La última historia de superación que comparto con vosotros en el blog es la de Elisabeth Maestros, que frente a varios diagnósticos muy graves, logró superarlos gracias a los cambios en su vida y en especial a la alimentación macrobiótica. Este es su testimonio personal:

«Hacía seis meses que me encontraba muy mal y me sometí a muchas pruebas, entre ellas, muchas radiografías, análisis de sangre, y fui diagnosticada de hipoglucemia, insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca congestiva y de alergias. Los médicos me recetaron varios medicamentos, pero no mejoré, y decidí cambiar mi alimentación y comer en un restaurante vegetariano.

Kim, el fundador de la Asociación Macrobiótica de Connecticut, me dijo que parecía que tenía cáncer en los órganos femeninos y en el pulmón, por el color verdoso de mi piel.

Los médicos revisaron las pruebas y dijeron que, efectivamente, tenía cáncer de ovarios, colon y un gran tumor en el pulmón derecho, y me dijeron que sólo me quedaban dos semanas de vida.

En vez de quedarme en New Haven y someterme a cirugía y quimioterapia en el Hospital de la Universidad de Yale, decidí volver a casa.

Me di cuenta que la alimentación había creado la enfermedad y quería darle a mi cuerpo la oportunidad de curarme con la macrobiótica. Después de dos semanas, todavía estaba viva y coincidió con el despido de mi trabajo.

Empecé las clases de macrobiótica y me concentré en mi recuperación. Esto fue hace siete años y actualmente tengo un centro macrobiótico y soy un testimonio vivo del poder de los alimentos«.

Elisabeth Maestros.

 

Para leer más historias de superación y conocer las pautas y cambios parar recuperar la salud, dirígete a: Alimentación, energía vital en el Cáncer.